MUSIC


miércoles, 10 de junio de 2009

Black Coffee, The Biggest cup you have

Salí a comprar café. No hay nada que odie más que despertar para darme cuenta que está vacío el bote de café, carajo. En lunes. Empezando bien la semana. Heme ahí, parada en la fila del café. Maldita eterna fila, como si no tuviera cosas que hacer (bueno, en realidad no las tengo, pero ¡vamos! Seguro encuentro algo mejor que hacer que estar parada en una fila).

Buscando entretenimiento visual, prendo mi radar, escaneo del lugar. Familia de tres, recién casados seguro, en una carreola nueva, un bebé, no alcanzo a ver si es niño o niña. Me sonrío a mí misma, recuerdo cuando no me gustaban los bebés, maldito instinto maternal. Un hombre gordo, sentado solo viendo por la ventana mientras engulle su gigantesco frappe. Es muy temprano para tal sobredosis de azúcar y chocolate. Una pequeña mesa alejada, junto a una maceta con un árbol triste al que claramente no le caería mal un poco de sol, estás tú. No puedo dejar de mirarte, estás leyendo un libro viejo de pasta dura, estás tomando café negro en tasa. Te salvaste, de haberte encontrado tomando alguna bebida cursi como un cappuccino ameretto o algo así, mi mirada te hubiera abandonado enseguida. Si tuvieras ese sexto sentido que tenemos nosotras, ya hubieras el peso de mis ojos. Pero no eres mujer, así que puedo continuar analizándote sin preocupación. Tienes cara de Franco. En verdad no me importa cómo te llames, para mi te llamas, Franco. No quiero hablar contigo, no quiero conocerte, quiero imaginarte, inventarte, de lejos.

-Your order?- Se perdió la conexión, la voz chillante de la mujer que atiende la caja me despierta de golpe. Repite molesta (claro, como todo el mundo en esta ciudad, tiene prisa).

–Your order?- contesto desganada- Black Coffee, the largest cup you have- .
Saliendo del café te veo sentado en el mismo lugar, - Adios Franco, deberíamos tomar café un día-.

lunes, 1 de junio de 2009

El comienzo del final

Ese día yo te veía de lejos, a mi, me veía alguien más. Entonces supe, que tú y yo seriamos nosotros. Los hombres son bastante más lentos que nosotras en este aspecto. Pero yo lo sabía sin saberlo. Nunca antes me había pasado, no supe identificar ese sentimiento tan certero que me invadió. Eras tú.

Llegando a tu puerta aquella tarde, no sabía que hacía ahí. En verdad no tenía idea de que te iba a decir. ¿Que se le dice a alguien como tú?

Tres horas, varias historias y canciones después. Estábamos parados en la banqueta, quien iba a saber que esa esquina afuera de tu casa se volvería escenario de tantas escenas de nuestra serie de televisión. Te veías tan grande, pero exactamente de mi tamaño. Me veías confundido. Fue cuando entendí que empezabas a darte cuenta tú también, de lo que yo hace tanto sabía. ¿Da miedo, verdad? Darte cuenta de que ya no hay vuelta atrás. No hubo siquiera momento para decidir si esto era lo que querías. Era lo que necesitabas.

-Me tengo que ir- dije, mirando hacia un lado. Sentí tus ojos así sobre mí mientras hablaba.
¿Qué pasa con tus ojos? ¿Por qué no me preguntan si pueden entrar? Sólo entran, hasta donde quieren. Tantos años perfeccionando mis mentiras, para que llegues y me haga transparente.
-¿De qué depende que te vayas?- Me preguntas durante el corto instante que conectamos miradas. Recupero el control y uso una de mis armas más perfeccionadas e infalibles, la sonrisa torcida. – Todo depende de lo pase en los próximos diez segundos-. Empecé a contar mientras te acercabas a mí. Demasiado cerca, demasiado lejos. Sobre carga de energía. 4, 5, 6…-Me gusta la adrenalina de dejar las cosas al último segundo- . 8, 9…

Nunca, había sentido algo así.
Firmamos sobre la línea punteada en el aire, sin decir una palabra.


Clementina

It was a Good Start...

The one with the burdon of intuition.
The one with the freedom of a blank stare.
The one with the best friend you lost,You wish was still there.
The one with the dust on that old piano.
The one with the strings on your new guitar.
The one with the wind through the open window,You are.

It was a faint line that brought you here,
And a pulse that kept you in time.
It was the comfort of a tradition,
Like the few that were not that kind.
It's a shame now, baby, you can't see yourself,
And everything you're running from.
And it's the same world, honey, that has brought You down,
As the one that's gonna pick you up.
And pick you up.

The one with the echos of conversation.
The one with the strangers you overheard.
The one with the lesson that was the best one you learned.
It was a faint line that brought you here,
And a pulse that kept you in time.
It was the comfort of a tradition,
Like the few that were not that kind.
It's a shame now, baby, you can't see yourself,
And everything you're running from.
And it's the same world, honey, that has brought You down,
As the one that's gonna pick you up.
And pick you up.

It was a long, dark, sleepy morning walk.
You fell down, case and point.
It was a good start.
It was a good start.

Maria Taylor