MUSIC


lunes, 1 de junio de 2009

El comienzo del final

Ese día yo te veía de lejos, a mi, me veía alguien más. Entonces supe, que tú y yo seriamos nosotros. Los hombres son bastante más lentos que nosotras en este aspecto. Pero yo lo sabía sin saberlo. Nunca antes me había pasado, no supe identificar ese sentimiento tan certero que me invadió. Eras tú.

Llegando a tu puerta aquella tarde, no sabía que hacía ahí. En verdad no tenía idea de que te iba a decir. ¿Que se le dice a alguien como tú?

Tres horas, varias historias y canciones después. Estábamos parados en la banqueta, quien iba a saber que esa esquina afuera de tu casa se volvería escenario de tantas escenas de nuestra serie de televisión. Te veías tan grande, pero exactamente de mi tamaño. Me veías confundido. Fue cuando entendí que empezabas a darte cuenta tú también, de lo que yo hace tanto sabía. ¿Da miedo, verdad? Darte cuenta de que ya no hay vuelta atrás. No hubo siquiera momento para decidir si esto era lo que querías. Era lo que necesitabas.

-Me tengo que ir- dije, mirando hacia un lado. Sentí tus ojos así sobre mí mientras hablaba.
¿Qué pasa con tus ojos? ¿Por qué no me preguntan si pueden entrar? Sólo entran, hasta donde quieren. Tantos años perfeccionando mis mentiras, para que llegues y me haga transparente.
-¿De qué depende que te vayas?- Me preguntas durante el corto instante que conectamos miradas. Recupero el control y uso una de mis armas más perfeccionadas e infalibles, la sonrisa torcida. – Todo depende de lo pase en los próximos diez segundos-. Empecé a contar mientras te acercabas a mí. Demasiado cerca, demasiado lejos. Sobre carga de energía. 4, 5, 6…-Me gusta la adrenalina de dejar las cosas al último segundo- . 8, 9…

Nunca, había sentido algo así.
Firmamos sobre la línea punteada en el aire, sin decir una palabra.


Clementina

1 comentario: